Luna de miel convertida en viaje empresarial – la historia de DataCue Entrevista exclusiva con cofundadora Ann Pichestapong

DataCue, fundada por la poderosa pareja de Phannipha (Ann) PichestapongShahram Anver en 2017 durante su luna de miel en América Latina, es un startup que aporta soluciones de personalización de e-commerce de alta gama a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), con clientes en toda América Latina, Estados Unidos y Asia. Descubra más sobre su emocionante viaje en esta entrevista exclusiva con la cofundadora, Ann. La entrevista fue realizada originalmente en inglés. 

Ann, ¿podrías compartir cómo decidiste crear DataCue en 2017 con tu socio y cofundador, Shahram?

La idea en realidad comenzó en nuestro viaje de luna de miel a América Latina. Shahram y yo nos conocimos mientras ambos trabajábamos en IBM en Singapur, pero la dejamos alrededor de 2015 y 2016, y yo me dediqué a la consultoría. Yo viajaba fuera de Singapur casi todas las semanas, así que realmente no logramos pasar mucho tiempo juntos. Entonces, ¡decidimos hacer algo “loco” para nuestra luna de miel! Shahram sugirió un viaje mochileando seis meses, y elegimos América Latina porque era básicamente lo más lejos que podíamos viajar desde Singapur. En ese entonces, no teníamos hijos, así que la vida era todavía un poco menos complicada y queríamos aprovecharla al máximo.

Estábamos en Cuba cuando conocí a un compañero mochilero, un estadounidense que iba de camino a Chile para participar en un programa de emprendedores financiado por el gobierno. Shahram siempre ha sido muy emprendedor, haciendo malabares con múltiples trabajos y emprendimientos secundarios, incluso mientras trabajaba a tiempo completo, así que nos interesó mucho y buscamos la organización, que era Startup Chile. Uno de sus programas está dirigido específicamente a las mujeres emprendedoras, así que pensamos que, ya que pensábamos ir a Chile de todos modos, podríamos probar suerte y aplicar a este programa. Si nos aceptaban, podríamos pasar un poco más de tiempo en Chile.

Pues bien, ¡nos aceptaron! Fue entonces cuando empezó la diversión, porque en ese momento la verdad es que no teníamos una claridad en qué queríamos trabajar. Exploramos diferentes ideas potenciales. Shahram es un científico de datos y yo tenía mi experiencia en consultoría, y ambos trabajábamos en grandes empresas. Nos dimos cuenta de que, mientras las grandes empresas tenían muchos recursos y dinero para contratar consultores y pagar costosos programas informáticos en lo que respecta al uso de datos y nuevas tecnologías, no es el caso de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Suelen estar dirigidas por equipos unipersonales, que a menudo carecen de la capacidad de pensar en cómo utilizar los datos para apoyar su negocio. Nos dimos cuenta de que esta era una laguna que no se estaba abordando en el mercado.

Además, el e-commerce era uno de los sectores de mayor crecimiento en América Latina, lo que ya habíamos visto en el Sudeste Asiático (SEA). Pero como alguien a quien le gusta comprar, tanto en la tienda como en línea, la experiencia de compra en línea deja mucho que desear. Me encanta comprar en tiendas físicas porque siempre hay personas disponibles para responder mis preguntas y decirme qué productos se ajustan a mis necesidades. Pero cuando compras en línea, este aspecto falta, especialmente cuando navegas por sitios web con millones de productos.

Debido a esto, decidimos combinar nuestro amor por los datos con nuestra pasión por ayudar a las PYME en el espacio del e-commerce, y así nació DataCue.

¿Sabías algo de América Latina antes del viaje?

Para nada. Mis padres estaban muy preocupados porque hay mucha mala prensa en torno a países como Colombia y México, pero yo estaba muy emocionada. Hicimos un curso intensivo de español en Singapur antes de nuestro viaje, y pensamos que el resto lo descubriríamos una vez que llegáramos. Desde luego, no pensamos en iniciar un negocio en América Latina.

Cuando llegamos a América Latina, nos dimos cuenta de que la región tiene muchas similitudes con el Sudeste Asiático (SEA). Eso fue lo más sorprendente. Claro, los latinos hablan un idioma diferente, pero en términos de clima, la comida y la gente, en general la región me pareció bastante similar a SEA en su conjunto. Cuando se trata de hacer negocios, la mayoría de los países de América Latina siguen dependiendo mucho de las relaciones. La recomendación de boca a boca es muy importante. Rodearse de una buena red local fue esencial para el crecimiento de DataCue.

¿Cuáles fueron algunos de los retos a los que te enfrentaste durante el tiempo que pasaste construyendo DataCue en Chile?

Aunque sólo vendíamos un software, nuestros clientes esperaban conocernos como personas. Esto es muy distinto a los mercados como el de Estados Unidos, por ejemplo, donde los potenciales clientes visitan nuestro sitio web y luego deciden contratar el producto porque les resulta atractivo. Pero en Chile se espera que visitemos y conozcamos a nuestros potenciales clientes en persona para que puedan ponerle cara al nombre.

Esto supuso un reto porque nuestro principal nicho eran las PYME y, por tanto, nuestros precios eran más bajos que los del software empresarial dirigido a las grandes empresas, pero aun así tuvimos que invertir en estas reuniones presenciales.

Al mismo tiempo, según nuestra experiencia, la gente de América Latina fue muy indulgente con nosotros por ser una empresa joven. Comprendieron que éramos una empresa pequeña que intentaba hacer que las cosas funcionaran, por lo que nos proporcionaron comentarios sobre el producto y nos ayudaron a mejorarlo.

¿Qué tan beneficioso fue el programa de Startup Chile para tu viaje de startup?

Fue increíblemente útil. Cuando llegamos a Chile, no conocíamos a nadie. Como aceleradora, Startup Chile nos ayudó a acceder a mercados, inversores y clientes. Nos dio las conexiones que necesitábamos para conseguir nuestros primeros clientes.

Además, como programa gubernamental, también pudieron ocuparse de los detalles administrativos, como nuestras visas y demás, lo que nos facilitó la estadía en Chile y trabajar en DataCue. Los detalles administrativos pueden ser bastante difíciles para los emprendedores y las PYMES, también debido a las limitaciones de recursos, por lo que es una gran ventaja.

En Chile, en general, el gobierno ha facilitado mucho la creación de empresas. Básicamente, se puede abrir un nuevo negocio en un día. Es un país muy favorable a los negocios.

¿Por qué decidieron dejar Chile después de dos años?

En ese momento, pensamos en explorar un nuevo mercado, así que nos trasladamos a Luxemburgo para entrar en otra aceleradora de allí. En el aspecto personal, mi hija también había nacido en ese momento, y finalmente quisimos volver a Singapur para poder estar más cerca de los abuelos.

¿Cómo le ha ido a DataCue durante la pandemia mundial?

Al principio, la pandemia nos afectó un poco. La respuesta inicial fue que la gente empezó a comprar mucho más por Internet, pero sobre todo a los grandes retailers como Amazon y Walmart. Las PYMES se vieron bastante afectadas y, por tanto, nosotros también. Pero el negocio está empezando a recuperarse lentamente, lo que es muy positivo.

La mayoría de nuestros clientes siguen estando en América Latina, con algunos clientes en Estados Unidos y Australia. En SEA, nuestro modelo de negocio no encaja tan bien porque la mayoría de los minoristas venden en grandes mercados como Shopee en lugar de crear sus propios sitios web.

Después de un viaje tan serendípico y emocionante a lo largo de cuatro años por tres continentes, ¿qué es lo siguiente para DataCue?

Lo que siempre hemos tenido claro es que queremos apoyar a las PYMES. Pero creo que tenemos que esforzarnos más para encontrar el producto adecuado que realmente resuene con ellas, un producto que sea “imprescindible” en lugar de sólo “agradable de tener”, un analgésico, no sólo una vitamina, por así decirlo. Al fin y al cabo, queremos que DataCue sea un negocio viable y sostenible, así que la clave es encontrar el problema adecuado para resolverlo.

Para terminar, ¿recomendarías a otros asiáticos que siguieran tus pasos y emprendieran un negocio en Sudamérica?

Sin duda. En general, creo que todo el mundo debería crear su propia empresa, si sabe qué problema quiere resolver y qué quiere construir. He aprendido mucho al fundar y hacer crecer DataCue, y aunque no ha sido un éxito rotundo, creo que he aprendido más de esta experiencia de puesta en marcha que durante todos mis años de empresa juntos. Hemos cometido muchos errores en el camino y hubo algunos momentos realmente difíciles, pero fueron experiencias de aprendizaje valiosas.

América Latina ha sido un gran lugar para visitar y vivir. Me gusta mucho Chile y es un lugar tan favorable para los negocios que recomiendo a la gente que lo visite y construya su negocio allí si puede.

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