Entrevista exclusiva con el fundador y CEO de PengYi Labs, Rob Moya, de Costa Rica, quien comparte cómo se desarrolló su amor por Asia, por qué eligió Singapur como nueva sede de su empresa de diseño y desarrollo de software, y su convicción de que América Latina debe atreverse a aventurarse en lo desconocido.
Rob, antes que nada, cuéntanos un poco sobre ti y tu empresa, PengYi Labs.
En primer lugar, hace ya un tiempo que me encanta viajar. Tuve la suerte de trabajar en línea para varias empresas de distintos países, entonces me dije, bueno, no creo que sea tan mala idea tomarme esta oportunidad para viajar. Empecé con Centroamérica, luego me fui al Reino Unido y finalmente a Taiwán. Estuve en Taiwán sin un vuelo de regreso, y cuando terminé mi estancia allá, busqué boletos para regresar a Costa Rica y estaban tan caros que prefería quedarme en Asia, pues fui a Japón. Al fin tuvo que regresar a Costa Rica, pero me encantó tanto esta experiencia en Asia que quería ir allá de nuevo y para un tiempo más largo. Afortunadamente tenía un primo que residía en la ciudad de Hangzhou en China en ese entonces y me dijo que podía conseguir una visa para estudiar mandarín allá mismo.
Fundé PengYi Labs hace tres años cuando estaba viviendo en Hangzhou. Somos una empresa desarrolladora y diseñadora de software, es decir, hacemos prototipos y aplicaciones web o móviles para nuestros clientes. También en ese entonces, empecé a estudiar una Maestría de Administración de Empresas (MBA por sus siglas en inglés), y quería presentar mi startup como proyecto final. Para ese entonces ya había tenido algunos estudiantes que eran de diseño y, de hecho, fueron las primeras contrataciones que hice en la empresa.
Desde entonces sólo hemos ido creciendo. La gran ventaja del mundo del software es que realmente se puede usar en casi todo. Siempre existe la necesidad de personas que tienen una idea y quieren realizarla, pero no saben cómo o por dónde empezar, y para ello estamos nosotros. Además, el meterse en tecnología es lo que está en tendencia y cualquier persona que tenga un pequeño negocio, ya sea, una panadería o tienda de ropa, igual está buscando cómo hacer que su negocio sea mucho más eficiente y rentable con la ayuda de la tecnología.
Hoy en día, tenemos clientes de todas partes del mundo, como América, Australia, Europa y Asia. Somos un equipo internacional de 17 personas, divididos entre mi país de Costa Rica, México Armenia, Argentina, Singapur y China. Nuestra primera sede se encontraba inicialmente en Hong Kong, pero estamos en el proceso de mudarnos hacia Singapur.
¿Por qué elegiste a Singapur como sede para PengYi Labs?
Como comenté, creé la empresa en Costa Rica, lo cual no está mal. Sin embargo, Costa Rica es un país bastante caro y, además, es un poco difícil mover el dinero aquí, así que empecé a buscar opciones.
Yo estaba enamorado de Asia después de haber estado tanto tiempo viajando allá, como en Japón, Corea del Sur, Taiwán y más. Tenía muchas ganas de regresar. En particular, me encantaron las distintas apps de pago y servicios con las que China cuenta, como Wechat, Alipay y Taobao.
Resultó que es bastante complicado mudarse a China, así que evalué otras opciones en la región, hasta que encontré que Singapur es un país muy interesante y abierto a los emprendedores. Tiene muchas culturas y se habla mandarín e inglés allá. Como resultado, contraté a una compañía que se encargaría de ayudarnos a establecer una empresa allá.
Otra consideración por la que tenemos la sede en Singapur es que contamos con clientes en Asia, y he notado que, aunque ellos se acostumbren a trabajar en línea, igual les gusta saber que alguien está cerca de ellos en su región.
¿De dónde vino el nombre “PengYi”?
Contratamos una consultoría en China que nos lo sugirieron. En mandarín, se refiere a un tipo de pájaro que era relacionado a la creatividad. Escogimos el color azul para nuestro logo porque muchas empresas tecnológicas en China usan este color. El color es muy importante en la cultura china.
Tu interés en Asia es poco común en América Latina en general. ¿Crees que es importante saber algo de Asia, ya sea de China o cualquier otro país?
Sí, es muy importante. Estamos en un punto donde realmente se castiga si no nos atrevemos a hacer algo. Pude perfectamente haber tomado la decisión de llevar mi empresa de Costa Rica hacia Estados Unidos, como suele hacer la mayoría de las empresas latinoamericanas. Por ejemplo, es muy común para una empresa de tecnología ir al estado de Delaware en EE. UU. Pero siento que ya se está llegando a un nivel de saturación y, además, en términos económicos como los impuestos y facilidades, Estados Unidos no es un destino tan atractivo como lo son muchos países asiáticos.
Lo que sucede es que la gente no sabe de esto. Por ejemplo, casi nadie sabe que, al poner una empresa en Hong Kong, no hay que pagar impuestos durante el primer año. Esa información no llega a esta parte del mundo, primero porque no hay tanta gente que lo sepa, y segundo porque la mayoría de esa información se encuentra en mandarín u otro idioma asiático, los cuales no son lenguajes que la gente estudie aquí normalmente.
Para mí, este siglo es totalmente de Asia. Creo que la gente aquí aún ve a Estados Unidos y China como potencias iguales. Sin embargo, hace un rato vi una gráfica del crecimiento en la economía de ciertos países y resultó que las de Estados Unidos y China están empatadas, pero la diferencia crucial es que la de China estaba creciendo mientras la de Estados Unidos estaba bajando.
Entonces, ¿qué implica todo esto? Primero, necesitamos educar a todo nuestro equipo sobre el mercado chino. Pues se necesita conocer y entender cuáles aplicaciones se pueden usar allá y cuáles no, o las tendencias como el ‘live-streaming’, y más. Todo esto no existe todavía o no es tan común en nuestra región.
También es importante porque ahora la gente en América Latina ya está empezando a hablar de nuevas tecnologías, pero aún no las ve aplicadas. Por ejemplo, con las aplicaciones para pagar con códigos QR, la idea e incluso algunos prototipos ya llegaron aquí, pero luego vas a una tienda o un restaurante y no se acepta tu código. Por el contrario, esas apps en China ya son elementos básicos de la vida cotidiana. Claro, tiene mucho que ver con la infraestructura de cada país. No obstante, otra importante razón por la cual aún no son viables estos tipos de apps en nuestra región es que la gente todavía no sabe que es una opción.
¿Cómo fue tu experiencia de aprender mandarín? ¿Aprender mandarín es un aspecto crucial para hacer negocios con China?
Aunque tenía mucha motivación de aprenderlo, ¡fue difícil!, definitivamente más difícil que inglés. Podría decir que es igual que estudiar cualquier carrera. Es decir, hay que ponerse a trabajar en serio con esfuerzos constantes.
Dicho esto, creo que es muy importante el conocimiento del lenguaje para poder relacionarse y entenderse con claridad y fluidez, para luego hacer negocios juntos. Actualmente sigo aprendiendo mandarín. Al fin y al cabo, la mejor manera de aprender la cultura es a través aprender el lenguaje.
Como mencioné anteriormente, existe una desconexión muy grande entre Asia y América Latina. Lo primero es que la gente latinoamericana no ve muchas cosas asiáticas en su vida cotidiana. Todos los anuncios están en español o inglés, las películas y las series también, y no hay muchos lugares que tengan cosas chinas.
Buscarlas también es difícil. Mucho del material que tal vez nos interese averiguar de allá ese encuentra en mandarín. Ni siquiera si buscas algo en Google aparecen resultados, porque ¡en China no usan Google!
En vista de todo esto, hace un tiempo empecé a buscar una manera para remediar este problema. Es por ello que hice un convenio con una escuela de mandarín en Costa Rica que tiene varios profesores que son nativos de China. Estamos invirtiendo en su plataforma escolar para enseñar mandarín, enfocado no sólo en la enseñanza del mandarín cultural como la comida y la historia, sino también en el mandarín para negocios. Esto ayudará enormemente a los estudiantes que planeen ir a China para conseguir trabajo en el futuro.
Siendo así, queda claro que no es tan fácil que las empresas latinoamericanas vayan a hacer negocios en Asia o puntualmente en China. ¿Algunos consejos que puedas dar?
Podría decir que es casi imposible si lo intentan hacer solos. Se necesita a alguien de allá que les ayude. Ese es mi consejo fundamental. Afortunadamente existe gente en Asia dispuesta a ayudar para crear negocios con latinos. Nosotros mismos ya tenemos gente y presencia allá, así que, si alguien quiere realizar algún proyecto en Asia, puede contactarnos directamente.
Es importante también conocer el mercado chino, porque es bastante diferente a lo que estamos acostumbrados. En PengYi, doy charlas a la gente que contratamos sobre qué tipo de programación se usa allá, qué tipo de red social, etc. y todo lo necesario para su óptimo desarrollo.
Otra consideración que es importante recordar es la barrera cultural. Como consejo personal les diría que siempre hay que estar dispuestos y abiertos a manejar las diferencias culturales en cualquier proyecto internacional.
Cambiando el tema, también eres inversionista con 500 Startups LATAM. ¿Cómo ves el ecosistema de startups en la región?
Primero, para los inversionistas asiáticos se está haciendo muy popular el invertir en este lado del mundo. Ya existen varias plataformas asiáticas grandes que han empezado a crecer aquí, como Didi, el ‘Uber chino’, y Shopee, una plataforma ecommerce de Singapur. Además, están empezando a aparecer cada vez más unicornios locales, aunque todavía no son muchos. Por eso mismo considero que es un buen momento para invertir y hacer lo que otros todavía no hacen.
Como inversionista personalmente siempre ando buscando el lugar donde la menor cantidad de dinero haga el mayor impacto. Todas las herramientas y tecnologías que han surgido en otros países aún no están aquí. Entonces se trata de ni siquiera pensar en algo completamente nuevo, sino ir y aplicar lo que ya se conoce de otras regiones, pero adaptarlo a una versión latinoamericana. Puedo visualizar innumerables oportunidades aquí.
¿Algún comentario final?
Les comento un último detalle. Aquí en Costa Rica se habla mucho de la similitud que tienen nuestro país y Singapur en tamaño, y también se dice que en los años 50 eran países muy parecidos. Ambos cuentan con puertos y acceso al mar. Pero actualmente Costa Rica no es como Singapur sino completamente lo contrario. ¿Qué fue lo que pasó?
Pues Singapur invirtió en infraestructura para muchas industrias distintas, por otro lado, Costa Rica se concentró más en la naturaleza y la conservación. Sin embargo, Singapur también ha invertido en esos aspectos y actualmente se encuentra en mejor posición que nuestro país. Hay que entender las razones por ello y hasta tomar esto como una inspiración.