Perspectivas del I+D en el Agrifoodtech de América Latina

Investigación y Desarrollo, o I+D, como también se les conoce, son actividades intrínsecas a la innovación y el desarrollo tecnológico. No obstante, implican desafíos para su desarrollo por parte de actores de la amplia cadena de valor agregado de la agricultura y la alimentación, especialmente para aquellos de pequeño tamaño.

¿Cómo van los startups en innovación?

Para 2019 en la región existían más de 450 emprendimientos AgriFood enfocados en la innovación tecnológica, de los cuales el 51% se encontraban concentrado en Brasil, y el 23% en Argentina.

Por su parte, Endeavor & PepsiCo  señalan que solamente el 22% de los emprendedores subcontratan el desarrollo tecnológico. Derivando en que el 78% de los emprendedores están desarrollando tecnología y tienen la capacidad de hacerlo, siendo las más usuales la biotecnología, el big data, las aplicaciones móviles y machine learning.

Tierra de Monte, por ejemplo, ofrece productos a base de diferentes comunidades de microorganismos como alternativa a los pesticidas y fertilizantes químicos tradicionales. Por su parte, PolyNatural, diseñó ShelfLife, una emulsión fabricada por polímeros vegetales, extractos naturales y lípidos, que extiende la vida de la fruta de exportación. La mayoría de compañías exportadoras de fruta utiliza ceras sintéticas a base de petroleo para recubir sus frutas y mantenerlas frescas. Por su parte, PolyNatural fue diseñado con el fin de dar respuesta a la demanda de alimentos sin recubrimientos sintéticos del mercado europeo.

 

Presupuesto limitado y en manos del sector público

Un desafío clave para la investigación y el desarrollo en el sector agrícola y alimentario es el presupuestario. Y es que, de acuerdo con la CEPAL, en comparación con otros países más desarrollados -como los miembros de la OECD-,  y en vía de desarrollo -como China-, los países de Latinoamérica y el Caribe tienen poco gasto en I+D.

En Latinoamérica solamente el 35% del presupuesto para I+D proviene de empresas. Mientras, en países más desarrollados aportan el 80% del gasto en I+D en China; en los países miembro de la OECD y la Unión Europea, el 60%.

De este modo la investigación y el desarrollo queda en manos mayoritarios de los Estados. Así, se ven sujetas a los cambios en las prioridades políticas al igual que en la voluntad del sector público para invertir innovación y tecnología de cada país.

La investigación básica se lleva la mayoría del presupuesto

A ello se le suma otro desafío: la distribución del gasto según el tipo de investigación. El primer lugar se lo lleva la Investigación básica, seguido por la Investigación aplicada, finalizando con el Desarrollo experimental. Lo que puede conllevar a la generación de brechas entre los conocimientos y resultados productos de las investigaciones, y su aplicación en soluciones tecnológicas para el sector AgriFood.

Al respecto, el Índice Global de Innovación diferencia los retos para convertir la investigación biotecnológica en desarrollos comerciales en por subregiones.  Argentina, Brasil, Cuba, y México son países con considerables desarrollos en cultivos y organismos genéticamente modificados. No obstante, tienen dificultades desarrollando aplicaciones comerciales de dichas tecnologías.

Aquellos con capacidades intermedias – Colombia, Costa Rica, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela- lastimosamente concentran sus capacidades para utilizar técnicas modernas y convencionales, en la academia. El resto de los países de la región tienen capacidades limitadas para innovar en biotecnología.

Dificultades para escalar

Aunado a lo anterior, los startups Agrifoodtech con alta carga de I+D presentan múltiples desafíos, que se constituyen en barreras para su escalamiento. Esto, debido a que requieren grandes cantidades de capital para cubrir costos de producción, extensiva investigación inicial, marketing, entre otros.

Además, si los startups no tienen una hoja de ruta clara para el escalamiento, es difícil que inversores institucionales le apuesten a la inyección de capital a estos startups.

Por su parte, los startups enfocados en la creación de nuevos alimentos, a medida que crecen y se expanden se chocan con la dificultad de encontrar talento especializado en campos STEM (Ingenieros alimenticios, biotecnología, ingeniería en investigación y desarrollo, ingeniería de procesos).

¿Cómo mejorar el panorama para los startups?

Se requiere la convergencia de múltiples factores que propicien un campo fértil para que los startups del sector puedan desarrollar I+D. Al respecto, el Banco Interamericano de Desarrollo identificó la existencia de un ecosistema de la innovación en Brasil y Argentina, líderes de la nueva ola de innovación tecnológica AgriFood. Dicho ecosistema está compuesto por:

  1. Convergencia tecnológica, es decir, disponibilidad de tecnologías a costo accesible y tiempos de desarrollo reducidos, que son aplicables a la industria.
  2. Medio ambiente: el desarrollo de tecnologías más sostenibles y eficientes es impulsado por los efectos del cambio climático, el calentamiento global y la degradación del suelo y el agua.
  3. Consumidores que demandan sustentabilidad de la producción de los alimentos que consumen y quienes quieren una dieta sana.
  4. Políticas públicas promovidas por la garantía de la seguridad alimentaria, la mitigación del cambio climático y la protección de los recursos naturales, pueden generar presiones para crear un marco regulatorio sobre la reducción de desechos, la perdida de alimentos, el uso de productos biológicos, la trazabilidad de alimentos como soluciones a estas problemáticas.
  5. Los productores agropecuarios de todos los tamaños deben tomar decisiones bajo las presiones de los otros actores de la cadena (consumidores, organismos públicos) sobre el medio ambiente, las presiones sobre los márgenes del negocio, y la comprensión de la tecnología.

Los actores clave de la amplia cadena de valor agregado de la agricultura y la alimentación, en particular, de los emprendedores, las corporaciones, el sector público y la academia deben generar acciones para la creación de este ecosistema. Especialmente, pueden abogar por crear marcos regulatorios que propicien la investigación y el desarrollo de mano conjunta entre startups, empresas, la academia y el sector público.

La invitación es a estrechar lazos entre los centros universitarios -donde se realiza investigación y desarrollo- y la industria. Pues como señala Leonardo Álvarez, CEO y fundador de Protera, startup chilena de biotecnológica proteica: “Los programas educativos no han seguido el ritmo de la industria. La experiencia tecnológica es incipiente y la mayoría de los profesionales del área son autodidactas. Es especialmente difícil encontrar expertos en inteligencia artificial y biotecnología”.

Por lo que crear programas como prácticas profesionales para estudiantes de carreras STEM en startups y currículos en dialogo entre la academia y el sector privado pueden ser herramientas extra para acercarse a un ecosistema de innovación.

Finalmente, los Corporate Venture Capitals (CVC) son claves en los procesos de innovación tecnológica de los startups. La invitación es a estrechar los lazos entre CVC y startups puesto que su relación en FoodTech startups es una de gana-gana. Las primeras obteniendo recompensas estratégicas y financieras; y las segundas, oportunidades para generar su propia I+D y otros beneficios (como asesoría legal y financiera y acceso a infraestructura para tareas de distribución, logística e investigación).

Tal vez la FoodTech con mayor inversión de VC (que además cuenta con un fuerte componente de investigación y desarrollo) es NotCo. La compañía chilena que utiliza Inteligencia Artificial para replicar productos animales a base de plantas y vegetales, alcanzó la categoría de “Unicornio” tras recibir respaldo de múltiples inversores a lo largo de diferentes rondas de inversión.

En 2019 recibió $30 millones de dólares en una ronda liderada por The Craftory y de la que también participaron Expeditions, MAYA CAPITAL y Kaszek Ventures. En 2021 NotCo recibió $235 millones de dólares en una ronda D liderada por Tiger Global, con la participación de DFJ Growth Fund, ZOMA Lab, Roger Federer y otros. En total, NotCo ha recaudado más de $350 millones en VC.